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lunes, 9 de mayo de 2011

Literatura para todos: Google

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JULIO  H. YOFRE MOYANO: UN POETA SINGULAR



Conocí a Don julio, personalmente, hace diez años. Ya lo sentía un amigo, a través de sus poesías con las cuales me había deleitado, pero ansiaba estrechar su mano, abrazarlo y agradecer todo lo que él había despertado en mí, leyendo su obra
Cuando lo vi por primera vez, su salud estaba bastante deteriorada.Los años y las enfermedades habían dejado huellas indelebles.Alto, muy delgado,manos grandes con dedos largos y finos, sonrisa espontanea,voz suave y pausada.(tenía un parecido muy llamativo con el maestro Osvaldo Pugliese) Cordial con todo aquel que llegaba a su casa, más aún si el motivo,era conversar sobre literatura. Veía muy poco lo cual le imposibilitaba leer, tarea que realizaba su hija, mientras él atendía siempre con especial interés. Don julio suplantó su falta de visión con una enorme lucidez y su muy rica imaginación.
Poeta "de raza", nació poeta. En su mente privilegiada, lo grande, lo pequeño, lo bello, lo triste, lo infausto o sombrío: se convertía en poesía. Así, las flores, las sierras, el otoño, su parra y la sombras de sus ramas acariciadas por el viento: se transformaron en poemas.
Permanecía largas horas con los ojos entrecerrados y sus labios musitaban suavemente estrofas de versos, que iba elaborando,en los laberintos de sus sueños llenos de imágenes, sombras y colores

Me sorprende una idea y voy tras ella.
Momento de soledad.
Puntual silencio.
Como una piedra
detenido el tiempo.
Imagino un poema:
lo presiento.


Así definía el poeta a su inspiración, que vivía con él, que jamás lo abandonaba. Él y ella eran un todo.
Publicó sus poemas en diversos diarios y revistas.Fue invitado de honor a los Encuentros de Poetas de Villa Dolores donde recibía el homenaje de sus admiradores, que aceptaba,gustoso con esa incomparable humildad que lo acompañó a lo largo de su vida.
Editó tres libros con los mejores momentos de su obra: La sangre que resbala, Otoño adentro, Lo que el ángel deja, que fueron muy bien recibidos por los lectores y la crítica.

Por caminos en sombra
que respeta el silencio
el cuerpo relajado
busca el norte del sueño


Avanzo y me deslizo
ya sin noción del tiempo,
olvidando el camino
porque al llegar, me pierdo.


Atiende el subconsciente
la usina de mis nervios,
hasta que el día enciende
la luz a mi regreso.


Se fue apagando como una frágil candela mecida por el viento con una sonrisa en sus labios, sabiendo que sus Inefables Presencias lo esperaban, ya hace tiempo


Nunca mueren del todo nuestros seres queridos.
Se alejan de nosotros pero no para siempre
yacen entre las cosas familiares ocultos
y en un preciso instante junto a nosotros vuelven...


Una fría tarde de julio del año 2003 el poeta partió con su lira a juntarse con su Dios que tanto amaba y las almas de los suyos, que seguro lo rodeaban 


2 comentarios:

Serrana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Serrana dijo...

Gracias por lo que has publicado de Don Julio