LA REBELION DE ALVARO
̶ ¡Te equivocas, Álvaro!
¡Ustedes sin mí no eran nada! ¡No existían!
̶ Tranquilo, Roger,
tranquilo. Sin nosotros vos tampoco serias nada, por lo menos en esta etapa de
tu vida.
̶ Álvaro, no sé a qué se
debe esto. Estábamos trabajando tranquilos y de pronto comienzan a plantear
estos problemas. No lo entiendo.
̶ No lo entiendes porque
sos muy egoísta. Porque solo te interesa tu triunfo personal, sin importar a
quienes pisas o dejas en el camino sin afectarte que quienes trabajan para vos
estén, o no, conformes con el rol que les asignas.
̶ Álvaro, lo reitero ¿Qué
eran antes de que yo los sacara de la nada?...Eso eran, ¡nada!
̶ Roger en tu soberbia te
convertiste en un patrón impiadoso que levantabas tu maldito dedo índice para
señalar, como un cesar nuestros destinos. Se terminó, Roger. Ahora nosotros tomaremos
nuestras decisiones. Lo que antes nunca hicimos. Pero todo tiene un comienzo y
un fin, como la Creación.
̶ La omnipotencia es
peligrosa, jefe. El poder supremo obnubila el razonamiento crítico̶ intervino Soledad con su serenidad habitual,
aún en los temas urticantes y situaciones difíciles.
̶ ¿Y qué pasa si me niego a satisfacer sus demandas?.
̶ Te abandonamos, Roger ̶ dijo,
Luciano, con su hermosa voz de barítono.̶ Ya lo hemos conversado detenidamente
y estamos todos de acuerdo.
Roger, miró uno por uno a quienes lo rodeaban, directamente a los ojos,
queriendo penetrar en el alma de los disconformes. Se sintió traicionado por
aquellos que todo se lo debían a él, que con su talento y laboriosidad les
había dado un rol en la vida. Los buscó en los oscuros trasfondos, para
traerlos a la luz ¿Y ahora esto?.
Si mi abandonan
en este momento perdería dos años de mi trabajo que serían muy difíciles de
recuperar. Dos años de sueños, ilusiones, desvelos ¡eso!,desvelos, para que me
abandonen en la recta final, por reivindicaciones que en la situación actual me
parecen fuera de lugar.
El rostro de
Álvaro, vocero y cabecilla del grupo permanecía inmutable. Solo Soledad
esbozaba una leve sonrisa que tenía mucho de irónica y piadosa.
̶ Está bien. Veo claramente que no hay marcha
atrás. Ya veré como me las arreglo.
Lo invadió una
profunda desazón al ver que todos se
alejaban sin importarles su angustia. Sintió en su frente, sus manos y axilas
una traspiración viscosa y fría.
El fuerte golpe
de una ventana al cerrarse por una racha de viento…lo despertó. Tembloroso
encendió la luz del velador y tomo el borrador de su novela que estaba en la
mesa de noche. La hojeo rápidamente comprobando con satisfacción que Álvaro y
los otros personajes permanecían estoicamente en su lugar a pesar de la
arbitrariedad con que manejaba sus vidas.